La puta que leía a Jack Kerouac

La puta que leía a Jack Kerouac, de Susana Hernández.

El encuentro entre una escritora y una joven prostituta va entreabriendo poco a poco la puerta de una turbia historia, en la que todos los personajes tienen algo que reprocharse. Todos ellos, en algún momento, se han dejado llevar por sus instintos, por sus pasiones, por sus rencores, también, y por sus odios. Pronto se advierte que, al fondo de la apariencia de normalidad que puede dar un joven matrimonio que está esperando su primer hijo, late una pulsión oscura, sórdida, pulsión que revienta cuando la joven prostituta aparece de pronto un día cruelmente asesinada.
Novela de emociones, novela contenida, de sugerencias más que de explicaciones, en la que los diálogos, magistralmente manejados en su justa medida por la autora, llevan todos una carga de profundidad insinuada. Ninguna mirada es inocente en “La puta que leía a Jack Kerouac”, ningún gesto caprichoso. El resultado es un verdadero derroche novelístico de palabras justas, precisas, con las que mostrar el lado oscuro que todos guardamos en nuestro interior desde el día, por ejemplo, en que subimos las escaleras contentos de regresar a casa y, al abrir la puerta, nos encontramos con esa imagen que nunca querríamos haber visto.Narrada con el estilo conciso, con preponderancia del diálogo en apariencia ágil y sencillo pero cargado de profundidad que ya nos sorprendió en «La puta que leía a Jack Kerouac», esta novela de Susana Hernández, galardonada con un premio de narrativa, es una apuesta de gran peso literario sobre cómo narrar una historia sin aditamentos innecesarios y directamente a la sensibilidad del lector. No en vano contiene, escritas con la mayor austeridad, algunas de las escenas más escalofriantes con que el lector se haya encontrado.

Necesitamos más autoras como Susana Hernández, con personajes fuertes y apegados a la realidad, con mujeres auténticas y no de catálogo, con problemas verídicos y no impostados, con inquietudes actuales y no del siglo XIX. Un ejemplo a seguir.
(Leersinprisa.blogspot)

Susana toca los sentimientos con una varita mágica.
(laschicasbritt.blogspot)

Susana Hernández ama la literatura, y se nota.
(Antonio Gómez Rufo)

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